Ning: cualquiera puede crear una red social

En algunos de sus últimos proyectos web –véase Gild International-, Bryte se ha visto interesada en una combinación de usos de servicios online con el clásico modo de creación de páginas web (mediante, por ejemplo, Wordpress); es decir, lo que se denomina SaaS (Software as a Service), un programa al que se accede y que se administra mediante la web, y el conjunto a sistemas de gestión de contenidos. En este artículo hablaremos de Ning, un claro ejemplo de lo primero y utilizado en el mencionado proyecto.

Ning se define como una plataforma para organizadores, activistas y personas influyentes de todo el mundo que están interesadas en la creación de sus propias redes sociales. En un contexto en que éstas ya forman parte de la vida cotidiana de las personas, es notable el interés que genera este site: “todo el mundo tiene Facebook”, pero no todo el mundo conoce que está a la disposición de cualquiera el crear su propia red social. Ya no hablamos de tener un perfil en una de ellas, es decir, ser miembro, sinó de ser el creador.

La plataforma que nos ocupa fue lanzada el 2005 en Palo Alto, California, y fundada por Marc Andreessen y Gina Biachini, después de la notoriedad que el primero obtuvo con las compañías Netscape y Opsware. Dicha la información básica y necesaria, que se puede encontrar perfectamente en Wikipedia, veamos ahora en qué consiste más especificamente esta plataforma y el interés que puede generar tanto hoy como mañana.

El gran beneficio reside en el ya comentado hecho que cualquier persona puede crear su propia red social, dedicada a temas de intereses determinados y segmentados, ya sean sobre política, deportes, entretenimiento, música, activismo, etc. Lo que empezó siendo una forma de crear una web a través de simples plantillas desarrolladas internamente, y de forma gratuita, ha acabado siendo una plataforma que permite más libertad y control creativo (personalizar plantillas según los intereses), pero más compromiso económico.

Además del hecho que sea de pago, Ning ha comportado diversas críticas (véase el breve pero interesante artículo de Michael Arrington Ning – R.I.P.?), basadas principalmente en la falta de opciones de desarrollo por parte del administrador. Si hay algo que tiene esta plataforma, sin embago, es exclusividad: pocas veces, en charlas sobre redes sociales, oímos hablar de creación; normalmente se habla del “formar parte”, del pertenecer, de estar en el mundo red. Es interesante, pues, que una iniciativa reciente como Ning pueda generar este cambio de mentalidad y llevar al extremo el  concepto de relaciones sociales actuales basadas en lo virtual e interactivo. De forma totalmente lógica, han ido apareciendo nuevas alternativas que proponen diferencias en sus características para crear redes sociales personalizadas y, sobre todo, gratis; a propósito, es recomendable leer este post donde se define cada una de ellas y se proporcionan diversas tablas comparativas. Sin embargo, cabe destacar que el hecho que Ning sea de pago también implica una gestión más segura, fiable y completa; podríamos decir que todo tiene un precio.

Es interesante observar cómo los internautas han pasado de contar sus vidas personales y sus intereses a través de los blogs, la forma hasta hace poco más libre de expresarse a través de internet generando contenidos personales y de forma gratuita, a la creación de redes sociales a través de plataformas como la que nos ocupa, no tan sólo generando contenidos para ellos y como forma de presentación personal, sino tratando de generar una interactividad entre personas de alrededor del mundo, sean amigos suyos o no; ha llegado el momento en que uno puede crear a través de ellas una conexión social de la que hasta hace poco sólo podía pertenecer.

No se pierdan, por último, el blog de que dispone Ning, en el que se pueden encontrar interesantes posts: desde trucos, nuevas aplicaciones, artículos, descripciones del servicio, perfiles de usuarios, etc.

Añadir un comentario